María Elena Ríos, una joven saxofonista oaxaqueña, sufrió un ataque con ácido en 2019 desde entonces su historia se ha vuelto el ejemplo insignia de las agresiones con sustancias corrosivas que sufren mujeres muchas mujeres en México. Esta es la infame historia.
El sol entraba por la puerta...
El 9 de septiembre del 2019 María Elena se despertó en su casa en Huajuapan de León viendo como el sol entraba por la puerta, se estiró de brazos y miró sus piernas, después agradeció a Dios por “estar completa”.
Ese día tenía una cita para ayudar a dos personas para tramitar un pasaporte que habían solicitado sus servicios como gestora de tramites en una pequeña oficina que tenía en su casa. A las 10 de la mañana de ese fatídico lunes Rubicel H. acompañado de su papá Ponciano H., ambos de oficioso albañil llegaron a su cita de manera puntual, sin embargo, llevaban cargando una cubeta.
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Cuando María Elena se volteó para empezar a realizar el trámite, Rubicel vació el contenido de la cubeta que contenía más de 2 litros de ácido en el rostro y cuerpo de la joven saxofonista oaxaqueña. Ese momento no solo marcaría su piel sino también el resto de su vida.
Aunque María Elena intentó cubrirse del líquido corrosivo con los brazos solo provocó que terminará perdiendo la totalidad de la piel en ambas extremidades. Después María solo pudo decir “Mami, ayúdeme, me echaron ácido” por lo que su madre intentó auxiliarla, aunque el ácido también terminó provocando lesiones.
Después la madre de María Elena intentó perseguir al agresor, pero no lo alcanzó. Mientras tanto, vecinos llamaron al 911 y una señora que atendía una estética a un lado sacó una cubeta de agua para lavarle el rosto de María, sin embargo, el daño estaba hecho.
Durante tres meses María Elena estuvo hospitalizada recibiendo tratamientos dermatológicos y quirúrgicos entre ellos los implantes de piel de sus piernas a los brazos. Además, recibió ayuda psicológica y psiquiátrica a través de servicios médicos privados pagados por el Gobierno de Oaxaca.
Los agresores de María Elena Ríos
Tuvieron que pasar algunos meses para que, en diciembre del 2019, detuvieran a Rubicel y a Ponciano como los agresores materiales de la saxofonista oaxaqueña. Sin embargo, esto solo era el principio ya que investigaciones realizadas revelaron que ambos fueron contratados por Juan Antonio Vera Carrizal exdiputado del PRI y empresario gasolinero.
Incluso María Elena Ríos reveló que sostuvo una relación sentimental con Juan Antonio, sin embargo, se alejó de él por sus actitudes machistas y agresivas. Pero en un acto de violencia de género el exlegislador contrató a los albañiles para cometer la agresión con ácido por un pago de 30 mil pesos.
El 6 de abril, la Policía Estatal de Oaxaca detuvieron a Vera Carrizal por quién ofrecían un millón de pesos como recompensa. Actualmente se encuentra recluido en el penal de Tanivet acusado de tentativa de feminicidio. Aunque han intentado que siga su proceso en libertad hasta el momento las autoridades han logrado que siga preso.
Para 2021, Ponciano, quien trabajó en las gasolineras de Vera Carrizal, fallecería por el deterioro de su salud a causa de la diabetes que padecía, dentro del penal. Actualmente su hijo enfrenta una posible condena de hasta por 40 años de prisión.
Sin embargo, aún hay un cuarto implicado que sigue libre, se trata de Juan Antonio Vera Hernández, hijo de Vera Carrizal, acusado de tentativa de feminicidio y por quien la Fiscalía General de Oaxaca ofrece una recompensa de un millón de pesos.
La lucha de María Elena
Desde el día de su agresión María Elena ha vivido una larga lucha por conseguir justicia y visibilizar la violencia que viven mujeres no solo en Oaxaca sino en todo el país.
Según cuenta, la saxofonista ella no se considera como víctima sino como una superviviente de la violencia de género. Desde entonces es activista social que ha realizado protestas incluso durante la inauguración de la Guelaguetza 2022 en donde levantó una lona con la leyenda “Oaxaca feminicida”.
Asegura que gracias al eco que recibió en medios nacionales porque gracias a ello “puede seguir viva” ya que las autoridades le redujeron las medidas de protección e incluso aseguró en días recientes que le retiraron los tratamientos médicos por su labor de activista.
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