Este fin de semana largo por el Aniversario de la Expropiación Petrolera, los centros vacacionales de todo el país reciben a miles de turistas tanto nacionales como extranjeros, aunque en esta ocasión el turismo casero es el más interesado en acudir a los destinos de playa aprovechando el megapuente y Oaxaca no es la excepción.
En las últimas horas, prestadores de servicios y residentes habituales de las playas de Puerto Escondido, han informado y difundido a través de redes sociales, el número cada vez mayor de visitantes que tienen las playas tanto de la Bahía principal como de las playas como Bacocho, Carrizalillo, Marinero, Coral o Zicatela.
Ante la apertura de la autopista Barranca Larga-Ventanilla, que es la puerta de entrada a la costa chica de Oaxaca con un ahorro de tiempo de tres horas, contrario a lo que se hacía anteriormente de la capital a Puerto Escondido, la afluencia ha ido en aumento y aunque los prestadores de servicios, están contentos, otras voces ya no lo están tanto, porque notan que cada vez hay más gente en las playas.
¿Está preparado Puerto Escondido para recibir a tanta gente?
Este dato no es menor, si tomamos en cuenta que muchos de esos turistas no acudían a la costa por el problema del traslado que en ocasiones les llevaba medio día de trayecto y en esos casos, preferían quedarse en la capital de Oaxaca, cosa que ahora va cambiar radicalmente y se puede ver ya en las calles y el malecón de Puerto Escondido en los últimos días.
Puerto Escondido, registró el año pasado en temporada alta unos 800 mil turistas o más según estimaciones de las propias autoridades, números que se dispararían en el próximo periodo de Semana Santa, entre el 28 e marzo y el 5 de abril de este año.
En la actualidad, Puerto Escondido ofrece cerca de cinco mil cuartos de hotel, pero se requiere de mayor infraestructura para poder hacer frente a la demanda.
El gobierno estatal no descarta que se convierta en un destino como Cancún, Acapulco -antes del huracán Otis-, sin embargo, se implementan acciones para evitar que el lugar pierda su esencia como un destino sustentable, ya que se estima que el aumento de turistas sea de entre un 55 y un 85 por ciento.