Francisco Benjamín López Toledo fue un pintor zapoteco con mucha habilidad en diferentes disciplinas artísticas como el dibujo, la escultura y la cerámica, que también se desempeñó como promotor cultural, activista, filántropo y defensor de los derechos humanos y lenguas indígenas.
Muchas de sus obras representan mayormente animales fantásticos llenos de colores y texturas que estaban vinculados con los mitos y magia de México. Le gustaba jugar a mezclar animales comunes con seres y personajes fantásticos que mostraran sus opiniones sobre temas importantes, como el medio ambiente.
Francisco Toledo nació el 17 de julio de 1940 en Juchitán, Oaxaca, siendo el cuarto de siete hermanos y desde muy pequeño demostró un gran interés y habilidad en la pintura. Cursó sus primeros años de educación en Oaxaca, estudiando grabado con Arturo García Bustos y Rina Lazo en sus años de secundaria, hasta que a los 17 años se mudó a Ciudad de México para ingresar a la Escuela de Diseño y Artesanías, siendo los pintores Castelar, Dosamantes y Silvia Santamaría sus tutores.
A los 19 años el galerista Antonia de Souza lo renombró como Francisco Toledo, nombre por el cual se le reconocería años después a nivel mundial, y lo ayudó a exponer sus obras en la Galería Antonio Souza, en México, y en el Fort Worth Center en Texas. En 1960 viajó a París, para trabajar en el taller de grabado de Stanley Hayter, ciudad donde conoció a Octavio Paz y Rufino Tamayo, otro artista oaxaqueño, que lo ayudó a conseguir una beca para estudiar en la “Cité Internationale Universitaire de Paris”. Fue en esa misma ciudad francesa donde logró presentar su primera muestra en una galería europea.
Después de pasar cinco años en Francia, Francisco Toledo regresó a México con sus habilidades pulidas y una gran inspiración en los códices prehispánicos; con los cuales se puso a trabajar, logrando aumentar sus exposiciones a nivel internacional, pero siempre exponiendo cada una de sus obras en su natal Oaxaca.
En 1983 Toledo creo “Ediciones Toledo” donde publicó su primer libro de grabado, “El Inicio”, en 1988 inauguró el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), al igual que años después fundaría el Taller Arte Papel Oaxaca y el centro de Artes San Agustín (CaSa).
Lamentablemente, Francisco Toledo falleció a la edad de 79 años tras varios meses de lucha contra el cáncer el 5 de septiembre de 2019 en Oaxaca de Juárez.
- Premios y reconocimientos:
Francisco Toledo ganó numerosos premios a lo largo de su trayectoria artística, entre ellos están el Premio Nacional de Ciencia y Arte en 1998, el Premio Príncipe Claus en el 2000, en 2005 el Premio Right Livelihood por su dedicación a la protección y mejora de la comunidad de Oaxaca y finalmente en 2007 el congreso universitario de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) le otorgó un Doctorado Honoris Causa.
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