Los piedrazos oaxaqueños son un tipo de antojito típico de la gastronomía del estado de Oaxaca, que se come como botana para apaciguar esa hambre imprevista, sin embargo, su combinación de sabores e ingredientes lo vuelven un desafío para el paladar.
Se cree que los piedrazos surgieron como una forma de aprovechar el pan duro que quedaba tras las celebraciones, especialmente después del Día de Muertos. Este pan, conocido como pambazo, se popularizó en puestos ambulantes afuera de escuelas o mercados.
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¿Qué son los Piedrazos Oaxaqueños?
Los piedrazos oaxaqueños se elaboran con un pan de masa de maíz y se caracteriza por su sabor único y su textura crujiente, aunque también se hacen con bolillo duro. El pan es remojado en vinagre de piña, piloncillo y especias, que se exhibe en vitroleros, lo que crea la falsa idea entre turistas que es un “agua de bolillo”.
Además, se le añaden otros ingredientes como papas, zanahorias y chiles encurtidos. También quesillo, sal de gusano y hasta salsa picante. Su sabor es ácido e intenso con toques dulces, lo que lo vuelve un gusto adquirido para algunos y que no sea del agrado para muchos otros.
Al ser un antojito callejero se sirven en bolsas de plástico y se suelen acompañar con agua de horchata, un téjate con mucho hielo o mezcal para complementar su sabor y para calmar la sensación de picor que dejan en la lengua.
¿Dónde comer los Piedrazos Oaxaqueños?
Los piedrazos oaxaqueños se pueden encontrar en diferentes puestos ubicados en calles de la ciudad de Oaxaca de Juárez, sin embargo, los más famosos y recomendables se ubican frente a la Iglesia de Trinidad de las Huertas, en Leandro Valle número 301. Así que si quieres aventurarte a probar de este antojito ya sabes a donde ir.
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