VIAJE A LA LUNA

55 AÑOS DEL VIAJE A LA LUNA: así recibieron a los astronautas del Apollo XI en México

Los tripulantes que hicieron la hazaña de llegar a la Luna fueron recibidos entre júbilo y aplausos en pleno Zócalo

ENTRETENIMIENTO

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Los tripulantes que hicieron la hazaña de llegar a la Luna fueron recibidos entre júbilo y aplausos en pleno Zócalo Créditos: Especial

Un par de meses después de haber conquistado al satélite natural de la Tierra después de un largo proceso de investigación y de campaña para derrotar a los rusos en la llamada ‘carrera espacial’, los astronautas Buzz Aldrin, Michael Collins y el comandante Neil Armstrong fueron recibidos con bombo y platillo en México.

Han pasado ya 51 años desde que las calles del centro de la ciudad de México recibieron con confeti, música, y vitores a los héroes que lograron la hazaña de conquistar la Luna el 20 de Julio de 1969 frente a los ojos de millones de personas alrededor del mundo.

Los tres integrantes de la misión Apollo XI llegaron a México como invitados distinguidos del presidente de la República, Gustavo Díaz Ordaz, el 29 de septiembre de 1969, fue el primer país después de los Estados Unidos que visitaron los héroes espaciales y el público mexicano no dejo pasar ese momento.

Semanas antes cuando se llevó a cabo el anuncio de la visita, se llevó a cabo una campaña de promoción de la visita en medios de comunicación, impresos y en la televisión, así como en el radio (medios de comunicación masiva desde entonces).

Aldrin, Collins y Armstrong llegaron al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) Benito Juárez, de la mano de sus esposas y viajando en el avión presidencial estadunidense (que en aquel entonces no era el Air Force One), un Boeing 707 denominado SAM 26000, el mismo avión en el que viajó a Dallas John F. Kennedy el día de su asesinato y el mismo en el que sus restos fueron trasladados a Washington y en el que Lyndon B. Johnson prestó juramento como presidente de los Estados Unidos.

En el aeropuerto de México se instaló un templete para recibir a los astronautas y también una plataforma con gradas para los mexicanos que fueron a ver de primera mano a los norteamericanos que fueron popularizados como los “conquistadores de la Luna”, los asistentes pudieron saludarlos de mano y tomarse la foto con ellos.

Luego, varias edecanes vestidas con los colores de la bandera mexicana se acercaron para entregarles un ramo de flores e indicarles el camino rumbo al auto que les asignó el presidente Díaz Ordaz para llevar a cabo el recorrido por las calles de la ciudad, con rumbo a la Plaza de la Constitución.

El panorama fue muy similar a lo que años después los mexicanos vieron con el Papa Juan Pablo II en sus visitas al país, miles de personas acompañando en las calles a los conquistadores, confeti, música, aplausos y gritos fue el escenario que se encontraron los astronautas mientras se dirigían a su encuentro con el presidente.

Durante el traslado, el automóvil Lincoln negro permaneció con la capota arriba, pero una vez que entraron a la avenida 20 de noviembre, los visitantes distinguidos retiraron la capota y entonces pudieron sentir totalmente la fraternidad y cariño del público mexicano.

Todos deseaban tocarlos, abrazarlos, tomarse una foto, agradecerles por la hazaña que hicieron y por visitar México, cientos se encaramaron en postes y cabinas telefónicas y en un parpadeo, un mexicano se acercó con un sombrero de charro hasta Armstrong y éste sin ningún problema se lo puso, pero de acuerdo con las crónicas compartidas por el diario El Universal, el sujeto no le soltaba la mano, lo que le causó desconfianza y un poco de miedo al astronauta, al final no pasó a mayores.

Una vez que salieron del centro se encaminaron rumbo a Insurgentes, pero antes cruzaron por el barrio bravo de Tepito, al pasar los muchachos fueron recibidos con porras, gritos, papeles de colores, música y con los bailes de hombres y mujeres ataviados con trajes regionales.

Visitaron la residencia oficial de Los Pinos 

Los tres personajes y sus esposas fueron recibidos en el edificio del Departamento del Distrito Federal por el entonces regente Alfonso Corona del Rosal, ya dentro fueron condecorados con las llaves de la ciudad, un pergamino para declararlos visitantes distinguidos, y una medalla de oro. En tanto, sus esposas recibieron algunos objetos de oro y plata.

Al final de la reunión el comandante de la misión, dijo unas palabras que quedaron registradas para la posteridad “estando arriba no podíamos apreciar las fronteras: los continentes se unían tal como la gente debe unirse en propósitos comunes”.

Después de la recepción enfilaron nuevamente con dirección a la residencia oficial de Los Pinos, antes de llegar pusieron una ofrenda floral a los pies del Monumento a la Independencia con la siguiente leyenda “NASA. Apolo XI. Astronautas”, lo increíble sucedió cuando Michael Collins buscó infructuosamente la medalla que le acababan de dar, de inmediato se le indicó que se le daría otra (sería genial saber dónde quedó esa medalla).

En la recepción con el presidente, se les invitó a comer mientras se llevaba a cabo un diálogo para responder dudas y preguntas sobre su odisea en el espacio, una vez terminada la recepción, se retiraron a descansar y poco tiempo después regresaron a los Estados Unidos.

 

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